Recientemente, los mercados financieros globales están experimentando una transformación significativa liderada por La Reserva Federal (FED). La Reserva Federal (FED) inició de manera decidida un ciclo de reducción de tasas de interés en septiembre y continuó en octubre y diciembre, una serie de medidas que han derribado una fila de piezas de dominó, provocando cambios profundos en el sistema financiero global. Esta transformación no solo afecta la tendencia del dólar, sino que también toca el núcleo de la política monetaria global, reconfigurando la lógica básica de los flujos de capital.
El futuro del dólar se ha convertido en el foco de atención del mercado. A pesar de que el índice del dólar se desempeña de manera fuerte en este momento, esto se debe más a la ventaja relativa que trae la debilidad de la economía europea, en lugar de una verdadera fortaleza en los fundamentos de la economía estadounidense. La continua reducción de tasas de la La Reserva Federal (FED), junto con una orientación de política fiscal expansiva, están debilitando gradualmente la base crediticia del dólar. Aunque el acuerdo comercial entre Japón y Europa con Estados Unidos tuvo un impacto limitado en el dólar, las controversias en los datos de empleo no agrícola ya han comenzado a afectar el comportamiento del dólar.
La lógica detrás de la implementación de políticas de expansión monetaria y fiscal en Estados Unidos no es complicada. Esta estrategia no solo diluye el atractivo del dólar como moneda de reserva, sino que también es un método habitual que utiliza Estados Unidos para abordar problemas estructurales en la economía. La devaluación del dólar ayuda a aliviar la pesada carga de la deuda de Estados Unidos, al mismo tiempo que mejora la competitividad de las exportaciones para reducir el déficit comercial.
Para otros países, esta serie de medidas de La Reserva Federal (FED) representa una gran oportunidad. La reconfiguración del panorama financiero global está en marcha, y los países deben evaluar con cautela la dirección de su política monetaria y prepararse para posibles cambios en los flujos de capital. En este período de incertidumbre, ajustar las estrategias de manera flexible y aprovechar las nuevas oportunidades serán clave para que los países enfrenten la transformación financiera global.
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PortfolioAlert
· hace15h
La Reserva Federal (FED) realmente sabe jugar, esperando la Gran caída del dólar.
Recientemente, los mercados financieros globales están experimentando una transformación significativa liderada por La Reserva Federal (FED). La Reserva Federal (FED) inició de manera decidida un ciclo de reducción de tasas de interés en septiembre y continuó en octubre y diciembre, una serie de medidas que han derribado una fila de piezas de dominó, provocando cambios profundos en el sistema financiero global. Esta transformación no solo afecta la tendencia del dólar, sino que también toca el núcleo de la política monetaria global, reconfigurando la lógica básica de los flujos de capital.
El futuro del dólar se ha convertido en el foco de atención del mercado. A pesar de que el índice del dólar se desempeña de manera fuerte en este momento, esto se debe más a la ventaja relativa que trae la debilidad de la economía europea, en lugar de una verdadera fortaleza en los fundamentos de la economía estadounidense. La continua reducción de tasas de la La Reserva Federal (FED), junto con una orientación de política fiscal expansiva, están debilitando gradualmente la base crediticia del dólar. Aunque el acuerdo comercial entre Japón y Europa con Estados Unidos tuvo un impacto limitado en el dólar, las controversias en los datos de empleo no agrícola ya han comenzado a afectar el comportamiento del dólar.
La lógica detrás de la implementación de políticas de expansión monetaria y fiscal en Estados Unidos no es complicada. Esta estrategia no solo diluye el atractivo del dólar como moneda de reserva, sino que también es un método habitual que utiliza Estados Unidos para abordar problemas estructurales en la economía. La devaluación del dólar ayuda a aliviar la pesada carga de la deuda de Estados Unidos, al mismo tiempo que mejora la competitividad de las exportaciones para reducir el déficit comercial.
Para otros países, esta serie de medidas de La Reserva Federal (FED) representa una gran oportunidad. La reconfiguración del panorama financiero global está en marcha, y los países deben evaluar con cautela la dirección de su política monetaria y prepararse para posibles cambios en los flujos de capital. En este período de incertidumbre, ajustar las estrategias de manera flexible y aprovechar las nuevas oportunidades serán clave para que los países enfrenten la transformación financiera global.